Planificación estratégica: qué es, elementos, pasos y plantilla

La planificación estratégica determina las acciones necesarias para aplicar una estrategia a largo plazo. Utiliza prácticas y herramientas probadas para lograr buenos resultados.

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Pasos clave para diseñar un plan estratégico que genere impacto empresarial

Un buen plan estratégico debe articular de forma clara y sencilla hacia dónde se dirige tu organización y cómo llegará hasta allí.

Durante el proceso de planificación estratégica, asegúrate de:

  • Identificar los factores que impulsan el éxito o el fracaso de tu organización.

  • Evaluar adecuadamente las capacidades de tu organización.

  • Comprender el panorama competitivo externo.

  • Establecer metas precisas y una visión clara del futuro.

  • Expresar con claridad las iniciativas necesarias para conseguirlo.

  • Medir correctamente los avances obtenidos.

Cómo elaborar un plan estratégico que sea práctico y realista

Los planes estratégicos deben estar alineados con la estrategia a largo plazo, especificar metas claras y alcanzables y presentarse en un formato fácil de comunicar. Asegúrate de utilizar herramientas probadas para conseguirlo.

Estrategia y planes estratégicos: en qué se diferencian y por qué es importante distinguirlos

  • La estrategia define la dirección que seguirá la empresa a largo plazo, describiendo lo que considera como éxito y qué se debe hacer para alcanzarlo. 

  • Los planes estratégicos abarcan el horizonte a medio plazo y describen cómo ejecutar la estrategia, identificando la hoja de ruta de las iniciativas necesarias para llevar a cabo la estrategia.

  • Los planes operativos definen los proyectos, programas y productos necesarios a corto plazo para implementar las iniciativas de los planes estratégicos.

El proceso de planificación estratégica debe considerar los tres horizontes, ya que cumplen propósitos distintos.

La estrategia establece la ambición y el enfoque estratégicos de la empresa a largo plazo

La estrategia define lo que hará la empresa para competir y triunfar en los mercados elegidos o, en el caso del sector público, describe lo que hará la empresa para cumplir con éxito su misión. 

En este horizonte, la empresa también definirá las acciones que deben tomar los responsables de departamento para contribuir al éxito global. Por lo general, el horizonte de la estrategia abarca un periodo de tres a cinco años. Sin embargo, este periodo puede extenderse en ciertos sectores o industrias.

Los planes estratégicos definen cómo se implementará la estrategia a medio plazo

Los planes estratégicos describen cómo alcanzará la empresa sus ambiciones a largo plazo. Identifican la hoja de ruta de las iniciativas y la cartera de inversiones que serán necesarias para alcanzar los objetivos definidos en la estrategia.

Por otro lado, los planes estratégicos se diseñarán para áreas clave, como TI, marketing y cadena de suministro. Por ejemplo, el plan estratégico de tecnología de la información definirá la arquitectura y el modelo operativo de TI necesarios para llevar a cabo las acciones estratégicas definidas en la estrategia. También identificará la hoja de ruta de las iniciativas e inversiones necesarias para alcanzar los objetivos y ejecutar la estrategia.

Los planes estratégicos suelen abarcar un periodo de 12 a 24 meses.

Los planes operativos se centran en la ejecución a corto plazo

Los planes operativos identifican los proyectos, programas y productos necesarios para implementar las iniciativas de los planes estratégicos. Se centran en la ejecución de los cambios necesarios para alcanzar la ambición estratégica de la empresa. Por lo general, los planes operativos están estrechamente vinculados al proceso presupuestario de la empresa y, por ello, no suelen causar la misma confusión que la estrategia y los planes estratégicos.

Normalmente, los planes operativos abarcan un periodo entre 6 y 12 meses.

Permanece alerta a los cambios disruptivos durante la planificación estratégica

Es esencial detectar y responder a las tendencias y los eventos disruptivos que puedan afectar a la estrategia y los planes estratégicos, así como modificar los supuestos estratégicos. 

Los ciclos de planificación estratégica deben incorporar mecanismos, como la planificación de escenarios hipotéticos, para comprobar la pertinencia de los supuestos.

Ignorar o subestimar las tendencias y los cambios disruptivos puede llevar a pasar por alto amenazas y oportunidades que podrían repercutir en la propuesta de valor y el posicionamiento competitivo.

El proceso de planificación estratégica debe incluir la estrategia, los planes estratégicos y los planes operativos

El proceso de planificación estratégica debe abarcar tanto la estrategia como los planes estratégicos y operativos. 

Dos errores comunes que se deben evitar:

  • Crear documentos de estrategia extensos que nadie lea o que no lleguen a usarse, lo que impide generar el valor o los resultados empresariales deseados. 

  • Desarrollar una estrategia de alto nivel que no incluya suficiente contenido práctico y ejecutable, como, por ejemplo, añadir una lista de metas sin explicar cómo se alcanzarán o cómo se medirá el éxito. 

Una forma importante de asegurar el progreso de la planificación estratégica es proporcionar definiciones básicas de los términos clave para el proceso. Esto contribuye a que todas las partes interesadas se mantengan alineadas en torno a los elementos esenciales de los planes estratégicos necesarios para impulsar los resultados empresariales. 

Si los participantes en la planificación estratégica solo tienen un conocimiento general de los conceptos clave, será más difícil colaborar y desarrollar un plan estratégico claro y coherente.

Asegúrate de que las partes interesados entiendan los elementos esenciales del proceso de planificación estratégica

Lograr que todo el mundo tenga claros los conceptos clave minimizará cualquier posible confusión en la planificación estratégica y establecerá una base de colaboración:

  • Misión y visión. Estos dos conceptos a menudo se confunden entre sí, pero cumplen funciones diferentes para una organización. La misión indica la esencia de una organización (es decir, “¿Quiénes somos?”). La visión describe hacia dónde se dirige la organización (es decir, “¿Hacia dónde vamos?”).

  • Metas y objetivos. Aunque estos conceptos suelen confundirse y mezclarse, las metas y los objetivos tienen finalidades distintas. Las declaraciones de metas articulan lo que la organización quiere lograr, mientras que los objetivos ofrecen una importante hoja de ruta sobre cómo alcanzar esas metas.

  • Los planes de acción documentan formalmente las acciones (o iniciativas) necesarias para alcanzar un objetivo. Este plan es la principal fuente de información sobre cómo se ejecutará, secuenciará, supervisará, controlará y finalizará cada objetivo.

  • Las medidas y los indicadores se consideran a menudo conceptos intercambiables. Aunque están relacionados, no son exactamente lo mismo. Una medida es el nombre que se da a un resultado empresarial observable (por ej., el compromiso de los empleados), mientras que un indicador describe los datos reales que se recogen para cuantificar la medida (por ej., el porcentaje de empleados “satisfechos” en una encuesta anual).

Es necesaria la implicación de diferentes partes interesadas para los distintos elementos de la planificación: la misión, la visión y las metas los establece mejor la alta dirección, mientras que los objetivos, los planes de acción, las medidas y los indicadores se dejan en manos de los responsables de departamento con experiencia en la ejecución.

Las herramientas son clave a la hora de elaborar y perfeccionar los documentos de planificación estratégica

Gartner ha trabajado con clientes de todo tipo para analizar cientos de planes estratégicos en diferentes sectores, ubicaciones y contextos estratégicos. Los mejores planes se basan en la información y los datos obtenidos mediante diagnósticos. Una vez son definitivos, se plasman en una plantilla para facilitar su comprensión y puesta en común. 

Estas ocho actividades se potencian especialmente con buenas herramientas y plantillas:

  1. Revisión. Las organizaciones que no aprenden de su experiencia tienen dificultades para mejorar significativamente su rendimiento estratégico. Utiliza tableros de rendimiento para comprender las causas fundamentales de tus éxitos y fracasos como organización, y para extraer y presentar lecciones o imperativos que mejoren el rendimiento futuro.
  2. Análisis interno. Las empresas que no evalúan regularmente sus capacidades básicas tienden a subestimar o sobrestimar su capacidad para aplicar estrategias eficaces. Utiliza herramientas como el Gartner Score para:
    • Revisar los puntos fuertes y las carencias de tu organización.

    • Comprender qué capacidades deben desarrollarse para generar una ventaja competitiva.

    • Resolver cualquier carencia en las capacidades y fundamentar las decisiones sobre el crecimiento futuro.

  3. Análisis externo. Si no se identifican los primeros indicios de las amenazas y oportunidades, los planes estratégicos carecen de impacto y exponen a la organización al riesgo de perder relevancia gradualmente. Utiliza herramientas como el “Tapiz de tendencias” (TPESTRE) de Gartner para:
    • Revisar la dinámica del mercado y los factores que determinan su atractivo.

    • Comprender las tendencias entre competidores y clientes.

    • Identificar las oportunidades y amenazas del mercado y actuar en consecuencia.

  4. Visión. Sin una visión clara, los objetivos estratégicos son imprecisos, lo que crea conflictos internos y situaciones de estancamiento estratégico. Plasma en una plantilla tus declaraciones de misión y visión para:
    • Articular una declaración de visión ambiciosa pero alcanzable, que motive a los empleados y facilite el desarrollo de metas.

    • Presentar una visión completa del estado final previsto para la organización.

    • Identificar los imperativos estratégicos que deben cumplirse para lograr la visión deseada.

  1. Metas. Cuando las metas no están claras, la estrategia puede desviarse debido a acciones conflictivas, confusión y desalineación. Utiliza herramientas como las guías de conversación para la alineación empresarial a fin de:
    • Desarrollar metas de alta calidad que te permitan abordar los imperativos.

    • Asegurar que las metas estén alineadas con la visión, el entorno externo y los departamentos internos.

    • Elaborar hojas de ruta prácticas que permitan una ejecución efectiva.

  2. Iniciativas. Las iniciativas mal articuladas pueden llevar a la organización a invertir demasiado en proyectos mal informados o a invertir poco en proyectos prudentes. Utiliza herramientas como los cuadros de mando para responsables de la toma de decisiones y los cuadros de mando de carteras para:
    • Desarrollar un plan de acción para que la organización tenga éxito en los mercados elegidos.

    • Priorizar las iniciativas clave para alcanzar los objetivos y metas de la organización.

    • Identificar y resolver las carencias en las capacidades que puedan obstaculizar la correcta ejecución de la estrategia.

  3. Medidas. Si las medidas no respaldan los objetivos estratégicos, los responsables de departamento podrían tomar decisiones erróneas durante la ejecución que desvíen la estrategia. Utiliza herramientas para evaluar, seleccionar y hacer un seguimiento de los indicadores adecuados para:
    • Mejorar el rigor y la credibilidad de tus indicadores.

    • Asignar responsabilidades para las acciones y prácticas clave.

    • Asegurar la capacidad de corregir el rumbo y ejecutar a tiempo.

  4. Mensaje. Si la estrategia declarada no involucra ni inspira al equipo, no es la estrategia adecuada. Plasma en una plantilla tu mensaje para:
    • Elaborar un plan de comunicación claro que motive a las partes interesadas a ejecutar la estrategia.

    • Asegurar que la información presentada en los documentos del plan estratégico sea fácil de entender.

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Preguntas frecuentes

La planificación estratégica es el proceso que permite a las empresas, los departamentos y las unidades de negocio identificar la hoja de ruta de iniciativas y la cartera de inversiones que van a necesitar a medio plazo para alcanzar los objetivos estratégicos a largo plazo.

La planificación estratégica se inicia con el establecimiento de la estrategia a nivel empresarial, pero dicha estrategia debe traducirse en acciones. Los tres niveles de planificación estratégica suelen comparar el nivel corporativo con el de unidad de negocio y el de departamento. Los cuatro tipos de planes son habitualmente estratégicos, operativos, tácticos y de contingencia.

Para elaborar un plan estratégico exitoso con un proceso coherente y secuencial, los responsables de departamento deben:

  1. Garantizar un uso coherente de los distintos conceptos para minimizar la confusión en la planificación estratégica y establecer una base de colaboración.

  2. Asentar una base sólida para una planificación más detallada y, para ello, definir o someter a pruebas de estrés, ante todo, la misión, la visión y la declaración de objetivos.

  3. Racionalizar las aportaciones de las partes interesadas y, para ello, limitar la definición de la misión, la visión y los objetivos a la alta dirección, y dejar el desarrollo de objetivos, planes de acción, medidas e indicadores a los gerentes con experiencia en la ejecución.

Los elementos clave de un plan estratégico eficaz comprenden:

  • Misión y visión. La misión de la organización articula sus razones de ser, y la visión establece en qué espera convertirse la organización. El plan estratégico, que vincula ambas, debe ser lo suficientemente adaptativo como para reaccionar si el contexto cambia durante la ejecución.

  • Supuestos estratégicos. Para elaborar un plan estratégico eficaz, la dirección debe analizar las tendencias y los eventos disruptivos para evaluar su posible impacto en los objetivos de la empresa.

  • Diseño de un plan estratégico. Un diseño de planificación estratégica riguroso traduce eficazmente la estrategia en planes que pueden y van a ser ejecutados. Los planes deficientes dan lugar a una ejecución insuficiente.

  • Misión: el objetivo de la organización.

  • Visión: el futuro estado deseado.

  • Meta: la finalidad.

  • Objetivo: cómo alcanzar las metas.

  • Plan de acción: lo que hace falta para alcanzar los objetivos.

  • Medidas e indicadores: seguimiento del progreso hacia las metas.

Por “sistemas” de planificación estratégica entendemos las herramientas utilizadas para documentar los planes estratégicos. Gartner recomienda a las organizaciones que eviten centrarse en la estrategia según los términos del documento que estén elaborando y se centren en cambio en convertir la estrategia en un plan de acción que resulte fácil de comunicar.

El plan de acción estratégico es un documento formal que sirve como fuente principal de información sobre cómo se ejecutarán, supervisarán, controlarán y cerrarán los objetivos. Muchas organizaciones también implementan un “plan de acción” asociado pero separado para lograr el modelo operativo. 

Las medidas son resultados observables que permiten a las organizaciones evaluar la eficacia de sus planes de acción. Los indicadores cuantifican esos cambios observados para permitir a una organización cuantificar concretamente su progreso y mantenerse alineada con las medidas que ha elegido.

Estos siete factores de éxito son esenciales para diseñar unos planes estratégicos de alto nivel, que se ejecuten satisfactoriamente, pero que tengan capacidad de reacción ante el cambio:

  1. Enfoque en el diseño de una estrategia mínimamente viable.
  2. Personalización de los esfuerzos de planificación para adaptarlos al nivel de los participantes.
  3. Creación de un borrador inicial para el diseño de la iniciativa antes de priorizar las acciones estratégicas.
  4. Claridad sobre quién se responsabiliza de qué.
  5. Encauzamiento de los planes horizontalmente, no solo en sentido descendente.
  6. Enfoque de los indicadores de rendimiento en los supuestos estratégicos clave.
  7. Pruebas de estrés de los planes ante un conjunto reducido de futuros escenarios hipotéticos.

Mejora el rendimiento en tus principales prioridades estratégicas.