La guía del CIO para la nube distribuida

12 de agosto de 2020
Autora: Katie Costello

Descubre por qué la nube distribuida es la próxima generación de computación en la nube, junto con sus ventajas en comparación con la nube pública, la nube híbrida y la edge computing.

Las empresas que dudan en comprometerse con una migración total al modelo de nube pública utilizan una combinación (o un híbrido) de estilos de computación inspirados en la nube privada y en la nube pública. Por este motivo, en los últimos tres años, las solicitudes de los clientes de Gartner para hablar de la nube híbrida han crecido un 15 %. 

“La computación en la nube promete que los clientes obtendrán ventajas de varias propuestas clave, por ejemplo, al trasladar la responsabilidad y el trabajo de ejecución de la infraestructura de hardware y software a los proveedores de la nube, aprovechando la economía de la elasticidad de la nube, beneficiándose del ritmo de la innovación en sintonía con los proveedores de la nube pública, y mucho más”, afirma David Smith, analista VP distinguido de Gartner. 

“La nueva generación de computación en la nube, conserva las ventajas de la computación en la nube y a la vez amplía el alcance y los casos de uso de la nube”.

Sin embargo, la nube híbrida rompe estas mismas propuestas de valor: Una parte de la nube híbrida está diseñada, poseída, controlada y operada por el cliente y la otra por el proveedor de la nube pública. El cliente conserva la responsabilidad de su parte de la operación, pero no puede aprovechar las capacidades (como las habilidades, el ritmo de innovación, las inversiones y las técnicas) del proveedor de la nube pública.

Las generaciones más recientes de ofertas de nube híbrida empaquetadas pueden ayudar a reducir el impacto de estas deficiencias. La nube distribuida, la nueva generación de computación en la nube, conserva las ventajas de la computación en la nube y a la vez amplía el alcance y los casos de uso de la nube. Los directores de innovación (CIOs) pueden utilizar los modelos de nube distribuida para orientar los casos de uso de la nube dependientes de la ubicación que serán necesarios en el futuro.

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¿Qué es la nube distribuida?

La computación en la nube distribuida es el primer modelo de nube que incorpora la ubicación física de los servicios en la nube como parte de su definición. Históricamente, la ubicación no ha sido relevante para las definiciones de computación en la nube. De hecho, la ubicación se ha abstraído explícitamente del servicio, lo que inspiró el término “computación en la nube” en un primer momento. 

La nube distribuida tiene tres orígenes: Nube pública, nube híbrida y edge computing. Los proveedores de la nube pública llevan muchos años soportando múltiples zonas y regiones. Con las ofertas híbridas empaquetadas, los servicios en la nube pública (que a menudo incluyen el hardware y el software necesarios) pueden ahora distribuirse a diferentes ubicaciones físicas, por ejemplo, el edge.

“Para 2024, la mayoría de las plataformas de servicios en la nube proporcionarán al menos algunos servicios de nube distribuida que se ejecuten en el punto de necesidad”.

Sin embargo, la propiedad, el funcionamiento, la gobernanza, las actualizaciones y la evolución de los servicios siguen siendo responsabilidad del proveedor de la nube pública de origen. Esto supone un cambio significativo respecto al modelo prácticamente centralizado de la mayoría de los servicios en la nube pública y al modelo asociado al concepto general de nube. Dará lugar a una nueva era en la computación en la nube.

Algunos podrían preguntarse si la nube distribuida es simplemente un caso de edge computing, y la respuesta es tanto sí como no. Todas las instancias de la nube distribuida son también instancias de edge computing. Sin embargo, no todas las instancias de edge computing son de nube distribuida. Esto se debe a que muchos usos de edge implican un proveedor de la nube pública que gestione la evolución y el control continuo del entorno resultante.

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El valor de la computación en la nube distribuida

Los servicios en la nube de los proveedores de la nube pública se “distribuyen” en ubicaciones físicas específicas y variadas. El hecho de que las operaciones estén físicamente más cerca de quienes necesitan las capacidades permite una computación de baja latencia. Esto también garantiza un plano de control consistente para administrar la infraestructura de la nube desde la nube pública a la privada y extenderla de forma consistente en ambos entornos. En conjunto, estos elementos pueden proporcionar importantes mejoras en el rendimiento debido a la eliminación de los problemas de latencia, así como reducir el riesgo de interrupciones globales relacionadas con la red o las ineficiencias del plano de control.

“La nube distribuida evolucionará en dos fases distintas. La fase uno consistirá en un híbrido equivalente”.

La nube distribuida crea subestaciones de computación, almacenamiento y red en la nube estratégicamente situadas que pueden actuar como zonas de pseudodisponibilidad de la nube compartida. Gartner utiliza el término “subestaciones” para evocar la imagen de las estaciones subsidiarias, por ejemplo, las sucursales de oficinas de correos, donde la gente se acerca para utilizar los servicios.

Dado que las subestaciones de la nube distribuida son responsabilidad del proveedor de la nube pública de origen, las propuestas de valor clave de la nube en cuanto a productividad, innovación y asistencia permanecen intactas. De hecho, para 2024, la mayoría de las plataformas de servicios en la nube proporcionarán al menos algunos servicios de nube distribuida que se ejecuten en el punto de necesidad.

Otras ventajas específicas de la nube distribuida son eventualmente:

  • Mayor cumplimiento de los requisitos normativos de que los datos deben estar en una ubicación específica del cliente
  • Reducción del riesgo de fallo de la red, ya que los servicios en la nube pueden residir en subredes locales o semilocales, lo que les permite funcionar de forma intermitente sin conexión
  • Aumento espectacular del número y la disponibilidad de los lugares donde se pueden alojar los servicios en la nube o desde los que se pueden consumir (zonas de computación)

¿Qué es lo siguiente para la nube distribuida?

En términos prácticos, la nube distribuida evolucionará en dos fases distintas. La fase uno consistirá en un híbrido equivalente, en el que los clientes empresariales comprarán subestaciones de nube para imitar la promesa de nube híbrida y evitar los problemas basados en la latencia.

Estos clientes no aceptarán inicialmente la idea de abrir sus subestaciones a los vecinos cercanos, ya sean geográficos o industriales, y mantendrán la subestación en sus instalaciones para ellos. Esto tendrá el efecto de permitir una verdadera nube híbrida al hacer que los proveedores de la nube pública se responsabilicen de todo.

“La nube de próxima generación funcionará basándose en el supuesto de que las subestaciones de la nube están en todas partes, como los puntos de acceso Wi-Fi”.

La fase dos, o nube de nueva generación, consistirá en que las empresas de servicios públicos, las universidades, las administraciones municipales y las empresas de telecomunicaciones, entre otras, compren subestaciones de nube y las abran para que las usen los vecinos cercanos. De este modo se empezará a establecer la idea de que la nube distribuida representa la base de la próxima generación de computación en la nube. Esto también reflejará la necesidad de la continuidad de la nube distribuida. La nube de próxima generación funcionará basándose en el supuesto de que las subestaciones de la nube están en todas partes, como los puntos de acceso Wi-Fi.

“En ambas fases, la ubicación vuelve a ser más transparente”, afirma Smith. “Permiten a los clientes especificar a un proveedor: ‘Necesito que X cumpla con las políticas Y y las latencias Z’, y luego dejar que el proveedor lo configure de forma automática y transparente. Esto podría representar también fases futuras”.

La nube distribuida no está exenta de desafíos

Dentro del modelo de nube distribuida, hay que abordar algunas cuestiones antes de que el modelo pueda ser adoptado de forma generalizada. Por ejemplo:

  • ¿Cuántas capacidades de la nube pública estarán disponibles en la subestación de la nube distribuida? Aunque esto no es definitorio de la nube distribuida, es un factor para decidir qué tipo de nube distribuida será necesaria: totalmente distribuida o parcialmente distribuida.
  • ¿Qué escenarios personalizados surgirán para las subestaciones de nube distribuida?
  • Si las subestaciones de nube distribuida se abren a las empresas vecinas, ¿quién paga el mayor ancho de banda necesario para un funcionamiento eficaz y cómo se pagará?
  • ¿Cómo serán los modelos de ingresos para compartir subestaciones entre varias empresas? Por ejemplo, ¿los usuarios vecinos de una subestación pagan al proveedor de la nube de origen o a la empresa que solicitó originalmente la instalación de la subestación?
  • ¿Una subestación de nube distribuida debe estar siempre conectada o puede funcionar con una conectividad variable?

Consideraciones para los directores de innovación (CIOs)

A los ojos del director de innovación (CIO), el concepto de nube distribuida guiará la hoja de ruta de evolución de la nube. Beneficiará específicamente a los directores de innovación (CIOs) que busquen nuevas oportunidades para llegar a los clientes en entornos dispersos y a los que necesiten servicios de ubicación específica con una latencia reducida. El uso de los híbridos equivalentes de la fase uno, sin sacrificar las propuestas de valor de la nube, permitirá una verdadera computación en la nube híbrida. Así, la nube distribuida no solo da lugar a una nueva generación de nube en la fase dos, sino que también ayuda a construir una base más firme para el híbrido tal y como existe hoy.