Establecer una estrategia de adaptación se ha convertido en la norma en la época actual caracterizada por la rapidez de los cambios, no obstante, las empresas no pueden aprovechar los beneficios que conlleva sin una ejecución que responda de la misma manera. Por tanto, es un problema que muchas de las estructuras organizativas, los flujos de trabajo, los diseños de roles y las redes de hoy en día no puedan adaptarse a la rápida evolución de las condiciones, porque el diseño del trabajo se ha centrado durante años principalmente en la eficiencia, no en la resiliencia.
Se debe diseñar el trabajo con visión de futuro para garantizar que los empleados puedan tener capacidad de reacción, es decir, puedan estar en sintonía con las necesidades de los clientes, en condiciones de anticiparse a los cambios en esas necesidades y que sean capaces de adaptar su enfoque y sus actividades en consecuencia. Corresponde a los responsables de RR. HH. repensar las estrategias de diseño del trabajo para desbloquear esta capacidad de reacción a escala de todo el personal y desarrollar la resiliencia de la organización.