Cómo reducir el gasto en asesores externos en solo dos pasos

8 de octubre de 2021

Autor: Rob van der Meulen

Para empezar, asigna los temas jurídicos en función del riesgo y el valor, en lugar de derivarlos por defecto a los bufetes habituales.

Casi la mitad de los abogados en plantilla recurren a su asesor externo habitual un 70 % de las veces, independientemente del coste. Un asesor legal podría ahorrar miles o, si trabaja para grandes organizaciones, millones de dólares aplicando un método en dos pasos para asignar las cuestiones jurídicas a asesores externos en función de lo que esté en juego.

“Para un abogado en plantilla, recurrir a su asesor externo habitual es la opción de bajo riesgo”, comenta Ron Friedmann, director sénior de Investigación de Gartner. “Es el camino más conocido y trillado, y presenta la mínima resistencia, siempre que no se considere el coste”.

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Y es que, a pesar de las limitaciones presupuestarias que ha impuesto la pandemia, los departamentos jurídicos tienen hoy en día más trabajo que nunca. En este contexto, el asesor legal puede conseguir un ahorro importante en asesoría externa si adecua el nivel del bufete al valor de la cuestión jurídica que hay que resolver.

Supongamos que el 25 % de las cuestiones están erróneamente clasificadas como de alto valor y se asignan a bufetes de primer nivel cuyas tarifas son un 150 % más altas que en los bufetes de nivel medio. Corrigiendo estas asignaciones incorrectas, un asesor legal puede ahorrar hasta 150.000 USD por cada millón de dólares gastado en asesoría externa. 

Si aplicamos esta tasa de ahorro al gasto medio en asesoría externa de 3,1 millones de USD en 2020, el ahorro superaría los 460.000 USD. Para los departamentos del cuartil superior, aquellos que registran un gasto externo medio de 11,5 millones de USD, el ahorro sería de 1,7 millones de USD.

ahorros de abogados externos al clasificar correctamente los asuntos como de valor bajo

“El potencial de ahorro es enorme si nos aseguramos de que los abogados en plantilla asignen el trabajo al bufete adecuado”, indica Friedmann. “Sin embargo, pocos departamentos jurídicos cuentan con procedimientos formales, repetibles y aplicables para orientar la selección del bufete de acuerdo con el valor previsto del asunto”.

Esta falta de estandarización se traduce en dos comportamientos habituales, según Friedmann. En primer lugar, los abogados en plantilla a menudo clasifican el riesgo por exceso, es decir, perciben un riesgo mayor del justificado. En segundo lugar, los abogados en plantilla tienden a optar por la opción segura y seleccionan bufetes de primer nivel para cuestiones de valor bajo. 

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Emplea un método sistemático para asignar un valor a las cuestiones jurídicas

Al evaluar el valor de las cuestiones jurídicas, es útil distinguir entre litigios y acuerdos. Para los litigios, no es necesario establecer una estimación precisa: Utiliza una escala del 1 al 5 para puntuar el coste de una pérdida basándote en indicadores financieros clave de seguimiento habitual, como el precio de las acciones, los ingresos netos o el valor de los activos. Cada departamento jurídico debe establecer sus propios criterios de puntuación, teniendo en cuenta el efecto potencial de una pérdida económica o un daño en la reputación, las operaciones o la estrategia. Una pérdida de 10 millones de USD, por ejemplo, podría ser de mucho valor para una empresa pequeña, pero de poco valor para una gran empresa.

A continuación, puntúa la probabilidad de que se produzca una pérdida. No es posible lograr una precisión del 100 %, así que, de nuevo, utiliza una escala del 1 al 5 basándote en rangos de probabilidades. Después, representa estas dos escalas de puntuación en una cuadrícula, colocando las cuestiones de valor bajo en la parte inferior izquierda y las de valor más alto, en la parte superior derecha. Esto ofrece al asesor legal un método sistemático para orientar a los abogados en plantilla acerca de cuándo deben derivar las cuestiones a bufetes de primer nivel o cuándo deben seleccionar uno de nivel más bajo. La tolerancia al riesgo puede ajustarse en función de las necesidades de la empresa.

cómo determina la frontera de riesgo el número de asuntos de bajo valor frente a los de alto valor

La evaluación de los acuerdos requiere un enfoque diferente, ya que la probabilidad de que se cierren no afecta a su tamaño. Existen criterios estandarizados que permiten a los abogados en plantilla clasificar el valor de los acuerdos de forma que puedan seleccionar el asesor externo adecuado.

Algunos de estos criterios podrían ser el umbral en dólares del valor de transacción o el porcentaje del valor de mercado de una empresa. También se podrían aplicar criterios estratégicos u operativos, como plantearse si un acuerdo genera una nueva línea de negocio importante o abre un mercado para la empresa en un nuevo territorio.

“En una época de creciente demanda de asesoría legal y de disminución de los presupuestos para el departamento jurídico, estas ideas ofrecen formas sencillas y rápidas de sacar el máximo partido a los recursos”, afirma Friedmann. 

 

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