La COVID-19 está provocando una crisis humanitaria de proporciones mundiales, con cientos de miles de vidas afectadas. Lamentablemente, todavía no podemos ver el final de la crisis.
En mi día a día, trabajo con los responsables ejecutivos y sus equipos en la preparación para la transformación empresarial. No es de extrañar que haya estado reflexionando durante un tiempo sobre lo que hace que alguien se convierta en un gran líder. En los últimos días, he observado cómo la COVID-19 puede poner de manifiesto tanto los modelos de liderazgo positivos como los negativos. En mi opinión, el papel principal del responsable es mantener al equipo seguro, cohesionado y productivo. Pero ¿en qué debería centrarse un líder en medio de un cambio brusco internacional como el que estamos viviendo?
Los responsables de cualquier nivel pueden realizar cuatro acciones específicas. Estas acciones no son las únicas; sin embargo, algunas de ellas pueden pasarse por alto en la prisa por crear una respuesta eficaz.